Esta exposición explora de manera iniciática la subjetiva relación erótica entre la arquitectura moderna y la música techno valencianas, a través de la importancia que ambas artes manifiestan en su genética matemática precisa, aquella en la que el ritmo, el patrón, la repetición, la sinceridad y la contundencia formal definen el proceso y el resultado. Su objetivo es poner en valor dos manifestaciones artísticas y patrimoniales valencianas por medio de las posibles relaciones que pueden establecerse entre sí y una comunicación por canales distintos a los habituales, con el fin de alcanzar públicos no especializados.
El proyecto incluye un libro, material audiovisual y sesiones efímeras en algunos de estos edificios. La exposición, con fotografías en blanco y negro de estas estructuras de hormigón visto y sus juegos
de luces y sombras, es itinerante y se completa con una serie de sesiones audiovisuales en directo en los propios edificios. Para ello, se cuenta con distintos artistas valencianos de la escena local, que mezclan y producen música techno inspirada en estas arquitecturas, generando todo un paisaje electrónico sonoro propio